Tanto la gallina como el gallo ostentan un apéndice carnoso en la parte superior de la cabeza: la cresta. Más que un adorno, la cresta es un atributo sexual, aunque también puede tener otras funciones.
Características de la cresta de los gallos
Los pollitos nacen con una pequeña cresta que se desarrolla durante su crecimiento, volviéndose grande y erguida en los gallos, mientras que en las gallinas es más bien caída, debido a la ausencia de un músculo fibroelástico que la sostenga.
Generalmente es de color rojo y su tono cambia a más o menos intenso según el humor del animal, excepto en algunas razas en las que es de color púrpura o casi negro, como en la gallina Sedosa.
Otra particularidad de la cresta es que su tamaño y su forma varía según la raza; algunas la tienen en forma de nuez, otras en forma de guisante y otras tienen una cresta doble, como ya explicamos en otro artículo. También es importante saber que la cresta puede revelar el rendimiento de la puesta de huevos. En efecto, el desarrollo y el tamaño de este apéndice carnoso están determinados por los mismos factores genéticos y fisiológicos que regulan el rendimiento de la puesta. Así, cuanto mayor sea el tamaño de la cresta en una gallina, mayor será su capacidad de poner huevos.
¿Qué funciones tiene la cresta de las gallinas?
La cresta es un carácter sexual, ya que sirve para indicar al entorno (gallos en competencia o gallinas) la identidad sexual del animal. De hecho, en los gallos capones (castrados) este atributo sexual casi llega a desaparecer. Además, el tamaño y el color informan sobre la edad y el estado de salud del animal.
De esta forma, una cresta roja, grande y firme es propia de un macho sano y sexualmente maduro. Se vuelve aún más roja cuando llega la época de cría. Por el contrario, una cresta pequeña y pálida indica que el animal es joven y sexualmente inmaduro (el crecimiento de los tejidos de este apéndice está relacionado con una hormona sexual, la testosterona), o que un problema de salud puede afectar a su capacidad para aparearse.
La salud de las gallinas según el aspecto de su cresta
Una cresta que cambia gradualmente de aspecto y color puede poner de manifiesto un problema de salud que requiera tratamiento. Por ejemplo, la aparición de pústulas y costras es uno de los posibles síntomas de la viruela aviar, una enfermedad muy contagiosa que afecta sobre todo a las aves jóvenes.
Cuando la cresta se vuelve pálida o amarillenta, debido a la anemia, se puede sospechar de otras enfermedades, como la ictericia, la tuberculosis aviar, el síndrome hemorrágico o la parasitosis. El hecho de que sea azul (morado oscuro), puede indicar una infección circulatoria, cardiaca o renal, o incluso una deshidratación aguda.
Presta atención al aspecto de la cresta de tus aves para poder detectar a tiempo posibles problemas.