Un aporte extra de vitaminas en la dieta de nuestros animales ayudará a que nuestras aves estén sanas y fuertes: las vitaminas otorgan vitalidad. Así, es en gran medida responsabilidad de cada criador que sus aves tengan o no vitalidad y estén en plena forma.
Las vitaminas se dividen en dos grandes grupos: vitaminas hidrosolubles que se disuelven en agua y vitaminas liposolubes que se disuelven en lípidos o en grasas. Las vitaminas hidrosolubles son las vitaminas del complejo B y la C y al disolverse en el agua pueden almacenarse por un periodo más corto de tiempo y su eliminación es muy frecuente por lo que es necesario tomar con frecuencia aportes de vitaminas de este tipo.
Por su parte, las vitaminas liposolubles son las vitaminas A, D, E y K y al ser solubles en grasas pueden almacenarse durante un periodo significativamente más largo. La diferencia entre ambos grupos de vitaminas es notoria pues por su naturaleza actúan de forma diferente en el organismo.
Las propiedades y beneficios que los trece grupos de vitaminas producen en el organismo de nuestras aves de corral son innumerables por lo que, aunque el pienso debe ser el alimento base de su dieta, es imprescindible que la complementemos con aportes de vitamina si queremos fortalecer su organismo y que nuestros animales crezcan sanos y fuertes. Si disponemos de un pequeño huerto es muy recomendable suministrar a nuestras aves de corral hojas frescas de vegetales como lechugas o acelgas, pues además de producir un aporte extra de minerales vitaminas, servirán de refresco a nuestras aves de corral, se distraerán picoteándolas y los vegetales actuarán como un efectivo antiestrés.
Es aconsejable complementar la dieta de nuestras aves de corral con suplementos vitamínicos que pueden suministrarse mezclados con el pienso o en agua de bebida para fortalecer su organismo y que éstos crezcan con vitalidad.
En el grupo de las vitaminas liposolubles, la vitamina A o beta-caroteno fortalece las membranas mucosas y por lo tanto de manera significativa el poder defensivo de las aves de corral, especialmente en el tracto respiratorio y digestivo. Para los embriones y los animales jóvenes la vitamina A es fundamental para el desarrollo y crecimiento. Además, esta vitamina es particularmente importante para el metabolismo de los ojos.
Existen varias formas de vitamina D, aunque quizás la más conocida y la más importante para nuestras aves de corral es la D3 pues, entre otras funciones, fortalece la cáscara del huevo y previene el raquitismo.
Hablar de vitamina E es hablar de fertilidad e igualmente es importante para la eclosión del huevo. Si a la hora de la eclosión de los huevos hay deficiencia de vitamina E, la tasa de nacimientos será menor. Además protege a las membranas de los radicales libes y ayuda a dotar de vitalidad al organismo de las aves de corral e interviene en la función nerviosa y muscular.
Por último, la vitamina K, que se descubrió en Alemania y su nombre procede de la palabra germana koagulation, es indispensable para la coagulación de la sangre. También protege las células, reduce los problemas cardiovasculares y aumenta la función de la desintoxicación del hígado.
En cuanto a las vitaminas hidrosolubles, las vitaminas del extenso grupo B realizan funciones indispensables, como por ejemplo, la vitamina B1 es esencial para la transformación de carbohidratos en energía y para el funcionamiento del sistema nervioso. La vitamina B2 tiene una influencia significativa en el desarrollo embrionario y se encarga de la producción de energía en el organismo. La vitamina B3 promueve el metabolismo de grasas, proteínas e hidratos e interviene en la circulación sanguínea y en el funcionamiento del sistema nervioso. La vitamina B5 es una vitamina esencial que contribuye al desarrollo embrionario y en el crecimiento de los animales jóvenes. Las plumas rizadas o una pérdida excesiva de color en la primavera pueden indicar una deficiencia de esta vitamina.
La vitamina B6 desempeña un papel importante en el transporte del oxígeno en la sangre e interviene en la formación de glóbulos rojos, células sanguíneas y hormonas, hidratos de carbono, proteínas y grasas. La vitamina B7 es fundamental para promover la vitalidad del organismo de las aves de corral mientras que la B8 es necesaria para el desarrollo de las glándulas sexuales y para el buen mantenimiento de la piel. Por su parte, la B9 encarna un esencial factor de crecimiento para los animales más jóvenes y promueve el desarrollo de los glóbulos rojos.
Para asegurarnos de que nuestras aves de corral no tienen deficiencia de ninguna vitamina del complejo B, un producto muy recomendable es la levadura de cerveza. Además de ser rica en vitamina B la levadura es una gran fuente de minerales, oligoelementos y aminoácidos, una suma que consigue que este producto sea uno de los productos más recomendados para usar en la avicultura de ocio.
Si bien, muchos criadores tienen miedo de causar en sus aves de corral una “sobredosis” de vitaminas, pues el abuso de vitaminas puede llegar a convertirse en toxicidad y causar perjuicios. Sin embargo, un aporte extra, obviamente razonable, de vitaminas es indispensable para nuestras aves de corral porque ayudará a fortalecer su organismo y que estas se desarrollen fuertes y sanas. Las vitaminas otorgan vitalidad.
Texto y fofos de Michael Von Lüttwitz para la revista AVIOCIO