Tener una mascota, como por ejemplo una gallina, ayuda a los niños a ser responsables, a cuidar del prójimo y a amar. Además de valores, los animales también aportan diversos beneficios a la salud infantil:
Prevención de la obesidad
Las gallinas que se crían al aire libre permiten a sus dueños jugar fuera de casa, moverse mientras realizan las tareas de limpieza del gallinero y olvidarse durante un rato de los videojuegos en el sofá.
Prevención de alergias y asma
El contacto con las plumas del animal, así como con los microbios existentes en las instalaciones, es casi una vacuna natural, una forma de inmunizarse contra determinadas enfermedades.
Mejora de la autoestima
Los niños ven en sus mascotas a un amigo y esto les aporta seguridad. Además, la compañía de un ser querido, en este caso una gallina, genera la liberación de serotonina, una sustancia relacionada con el estado de ánimo y con la felicidad.
Disminución del estrés y la agresividad
Diversos estudios confirman que los niños con problemas de conducta descargan estrés al jugar con los animales y por ello se muestran más relajados y aumentan su capacidad de concentración.
Consumo de productos naturales
Recoger los huevos de las gallinas es una actividad emocionante y divertida. Y además, los huevos contienen calcio y proteínas imprescindibles en el desarrollo musculoesquelético de los más pequeños de la casa. Los huevos de corral son más sanos que los industriales, ya que el ave se cría con una alimentación más variada.
Es preciso concienciar a los niños (y a los adultos) de que un animal no es un juguete. Te animamos a disfrutar con los tuyos de los beneficios que aportan las gallinas, ¡pero siempre con responsabilidad!