Además, desde el punto de vista pedagógico son muchos los aspectos positivos que las gallinas aportan a los pequeños de la casa, aspectos que les ayudan a aprender valores en su desarrollo como personas.
1. Responsabilidad diaria
La responsabilidad de sacar a las gallinas del gallinero por la mañana y recogerlas al atardecer, alimentarlas, estar pendientes de que no les falte nunca agua, tener el gallinero en perfectas condiciones higiénicas, observarlas para comprobar que su salud está perfecta… son tareas que sirven a los niños para comprender el significado de la palabra responsabilidad. Los padres, antes de adquirir un animal para tener en casa, deben siempre advertir a los niños y exigir de alguna manera su compromiso en los cuidados de la mascota. Es muy importante que los niños sepan que tener un animal no es tener un juguete, se trata de un ser vivo al que tenemos que cuidar y querer.
2. Aprender a querer
La curiosidad que despiertan las gallinas en los niños es recíproca. Es necesario que los niños conozcan que con los animales se deben ganar la empatía. Debemos advertirles que tienen que tratar con dulzura a las gallinas, nunca deben asustarlas o correr detrás de ellas, tienen que ganárselas como unas auténticas compañeras.
3. Aprender de dónde vienen los alimentos
Puede parecer una evidencia, pero las gallinas también nos permiten enseñar a los niños de dónde vienen nuestros alimentos. Coger los huevos de los nidos y verlos después en su plato enseña también a los niños a valorar ese aspecto.
4. Apreciar que cada animal tiene su propia “personalidad”
Aunque pensemos que todas las gallinas son iguales en cuanto a su actitud, estamos totalmente equivocados. Cada gallina es diferente y es algo valioso para que los niños comprendan que no todos somos iguales en cuanto a la forma de ser, y por tanto tenemos que tener en algunos casos una sensibilidad especial. Recomendamos poner nombre a cada gallina, ayuda mucho a quererlas más y respetarlas.
5. Compartir y transmitir
Al principio son los padres los que enseñan los valores y la forma de actuar con respecto a las gallinas. Al poco tiempo son los niños los que tienen necesidad de compartir experiencias y transmitir esos valores a sus compañeros de clase, amigos, profesores… Algunos niños de pocos años incluso ofrecen los huevos de su jardín a otros compañeros para que vean de alguna forma lo que sus gallinas les regalan todos los días.
6. Aprender que existen otras formas de pasar el tiempo
Vivimos en unos años donde por desgracia los menores siempre están frente al televisor con “la PlayStation” o con un teléfono móvil, inmersos en el último videojuego, huyendo de un monstruo, exterminando alienígenas o construyendo ciudades virtuales... ¡qué lástima!
Imagina por un momento a esos mismos críos alrededor de un gallinero, al aire libre, observando a las gallinas para descubrir algún aspecto desconocido de su mascota que les ayude a quererlas cada día más.
7. Aprender el ciclo de la vida
Ver cómo los pollitos crecen y se convierten en gallos y gallinas, como empiezan a poner los huevos de los que después nacen nuevos pollitos, muestra a los niños el ciclo de la vida.
También es muy importante cómo los niños comprueban que en ese ciclo de la vida de sus gallinas, hay veces que algunos animales caen enfermos y hay que atenderlos de forma especial. Aprenden también a conocer que existen depredadores que pueden acabar con la vida en cualquier momento y tenemos que estar con alerta en todo momento. En definitiva, las gallinas despiertan ante los niños un mundo lleno de emociones, alegrías y penas.
¿Es aconsejable alguna raza de gallina en especial?
Siempre son mejores las razas pesadas o las moñudas como gallinas de compañía para los niños, pues son mucho más dóciles y tranquilas que las enanas o las ligeras. También es ideal adquirirlas de jóvenes o con pocos meses para que se familiaricen antes con sus dueños. Razas como Orpington, Brahma, Cochinchina, Wyandotte grande, Barnevelder, Australorp, Holandesa moñuda, Paduana… son adecuadas como animales de compañía.
¿Es aconsejable tener un gallo?
Cuando los niños son pequeños no aconsejamos tener un gallo. Los machos tienen instinto de propiedad sobre las hembras y también de territorialidad y en algunos casos pueden atacar si se sienten invadidos.
Comparte con tus hijos la afición por la avicultura, ¡pero siempre con respeto a los animales!