La temperatura, la humedad, la ventilación y el volteo de los huevos son los cuatro parámetros fundamentales que intervienen en el proceso de incubación artificial.
Temperatura durante la incubación de huevos
El nivel óptimo de temperatura en el transcurso de la incubación en el caso de las gallinas es de 37’7º, mientras que en el tramo final del proceso (últimos dos o tres días) es necesario disminuir la temperatura. La regulación de la temperatura es de vital importancia durante la incubación, ya que las variaciones, incluso mínimas de temperatura pueden disminuir el porcentaje de éxito, causar deformaciones graves e incluso la muerte en el embrión. Para incubar huevos más pequeños (gallinas enanas, codornices, periquitos…) la temperatura correcta es de 37,5ºC, mientras que si realizamos una incubación mixta, de huevos grandes y pequeños a la vez, la temperatura adecuada es 37,7º.
Humedad en la incubadora
Los niveles óptimos de humedad oscilan entre el 40% y el 50%, mientras que en el último tramo del periodo de incubación, cuando el huevo ha agotado todas sus reservas de agua, se debe subir la humedad hasta el 65% para reblandecer las membranas y facilitar la eclosión del pollito. Durante la incubación, cada huevo debe perder peso, una pérdida de peso que debe ser continua y situarse entre el 15 y el 20%. Para controlar los niveles de humedad, sobre todo si incubamos huevos de gran valor como los de halcón por ejemplo, podemos utilizar una balanza para pesar huevos y, cada varios días, pesar el huevo y comprobar si la pérdida de peso va acorde con los días de incubación. Si deseas saber más sobre cómo controlar la humedad en el proceso de incubación pincha AQUÍ.
Ventilación del aire en la incubadora
La ventilación del aire es un aspecto indispensable, sobre todo, cuando los embriones llegan a la última fase de su desarrollo. El aire que circula por el interior de la incubadora proporciona el calor y humedad necesarios para el desarrollo del huevo, por lo que para asegurar una circulación de aire eficiente se requiere mantener la incubadora ventilada y que el aire interior se renueve periódicamente. La cáscara del huevo es porosa y al embrión le entrará el aire y el oxígeno a través de los poros. Por tanto, hay que tener en cuenta que según el embrión se va desarrollando y aumentando de tamaño dentro del huevo, va a ir requiriendo cada vez más cantidad de oxígeno para respirar. Es muy importante abrir la ventilación de la incubadora al máximo durante los últimos días de incubación. Cerrar la ventilación puede ocasionar la asfixia del embrión.
Volteo de los huevos
Las gallinas, cuando están incubando en el nido, voltean y mueven sus huevos con bastante frecuencia. El volteo de los huevos es imprescindible, desde que los huevos se introducen en la incubadora hasta dos o tres días antes de que el pollito vaya a eclosionar, para que el desarrollo de los embriones se efectúe con total normalidad. Por tanto, durante la incubación artificial, este procedimiento debe imitarse haciendo uso de los dispositivos mecánicos de que dispone la incubadora.