Los emús o emúes (está bien dicho de ambas maneras) se engloban dentro de la familia de las aves corredoras originarias de las grandes llanuras australianas. Pertenecen a una familia de aves desniminadas ratites, al igual que el avestruz, el ñandú, el kiwi, los casuarios, los tinamúes, los inambúes y el ya desaparecido moa. El emú actualmente es el segundo ave de mayor tamaño, ya quellega a medir más de 1,70 de altura y pesar más de 60 kilos.
Dentro de esta familia de aves, el emú es el que mayor aspecto prehistórico tiene. Existen fósiles muy antiguos de emús que datan de hace 80 millones de años. Los aborígenes australianos han cazado desde tiempos inmemorables a este animal del que se aprovecha todo: carne, cuero, aceite, plumas, etc.
En Australia en la década de los 60 comenzó la cría y reproducción de estos animales a nivel productivo obteniendo resultados muy positivos. En la actualidad, es una de las actividades ganaderas de más alto rendimiento y con más crecimiento en países como EEUU y Australia.
El comportamiento del emú es un carácter tranquilo y tienen tendencia a ir en rebaño o en grupos, salvo en la época del apareamiento y celo en que se alejan algo del grupo. La época de más actividad de celo se produce a finales del verano, siendo más activa en ejemplares entre un año y dos. El emú suele emparejarse de por vida, aunque rara vez existen casos de tríos.
Es un ave muy resistente que se aclimata magníficamente a todo tipo de terrenos. Es capaz de recorrer largas distancias diarias, con mucha potencia en sus fuertes patas, las cuales están protegidas con una piel con forma de escamas muy resistente que finaliza en tres poderosos dedos y uñas. En estado salvaje y en la época de reproducción busca zonas de terreno donde poder excavar pequeños pozos en forma de nido.
Físicamente el macho y la hembra no tienen diferencias, por lo que resulta difícil a simple vista identificar el macho de la hembra. Con experiencia, sin embargo, podemos diferenciarlos por el sonido que emiten y la postura que adoptan en el cuello sobre todo en la época de celo. La hembra suele emitir un ruido similar al de un tambor, llegando a inflar el buche como un palomo, mientras que el macho tiene un sonido más corto y seco.
Reproducción e incubación del emú
La época de puesta es en temporada fría en nuestro país, entre los meses de noviembre y marzo. La primera puesta de una pareja oscila entre 5 y 20 huevos en un nido en el suelo y es (o suele ser) de menor cantidad de huevos en comparación con una pareja adulta, ya que, en general, hay algo de retraso en el comienzo de la puesta.
En condiciones favorables son aves prolíficas, ya que cada pareja adulta pone de entre 20 a 40 huevos. Puede darse por buena una pareja reproductora aquella cuyas puestas oscilan entre 25 y 35 huevos con más de un 70 % de fecundidad de media en los mismos.
El macho es el encargado de la incubación, que dura unos 50 - 54 días. No abandona el nido para nada durante estos días, salvo en una o dos ocasiones para beber, y durante este tiempo se nutre exclusivamente de sus reservas de grasa. El macho también es el encargado de criar a los pollos durante unos 6 - 9 meses, hasta que se independizan. Durante el periodo de incubación el macho sigue siendo muy sociable y, aunque no es bueno alterar este ciclo ya que puede abandonar el nido, realmente se le puede manosear y tocar el nido con total tranquilidad. Sin embargo, en el momento en el que los pollos eclosionan, el macho adopta una figura maternal, proteccionista y no deja acercarse a sus pollitos.
Los pollos, que durante sus tres primeros meses de vida son rallones como el jabalí, pasan después a tener una especie de subplumón de tono muy oscuro casi negro, para cuando alcanzan al año su tamaño definitivo tener ya el plumaje de adulto con dos plumas que nacen del mismo raquis. Entre su primeraño de vida y los dos años alcanzan la madurez sexual.
Alimentación del emú
En estado de libertad se alimentan de muchos brotes, semillas o frutos. Con una alimentación de pienso, la ración diaria por animal adulto es de unos 700 a 800 gramos. Con una base fundamental de maíz, alfalfa y cebada, la dieta del emú se puede complementar con otros alimentos como forrajes y vegetales (no sólo es más indicado, sino también más económico). El agua no debe faltar nunca. La dieta alimenticia puede ser bastante simple. El índice de conversión es muy elevado 2,5: 1, es decir, con cada 2,5 kilos de comida el emú gana un kilo de peso de promedio durante el primer año de vida.
Cuando los animales se encuentran en época de puesta disminuyen drásticamente la dosis de su alimentación y pasan a comer apenas 200 gramos diarios. Cuando se observa que una pareja deja de comer, es una señal clara de que van a empezar la puesta.
Instalaciones para un emú
Los emús no precisan instalaciones caras ni complicadas. Una cerca de 2 metros de alto en la periferia de las instalaciones y de 1,5 metros entre corrales es suficiente para mantenerlos. Además, cada corral es aconsejable que cuente con una tolva comercial y un bebedero con flotador y una zona cubierta para el nido de unos 4 metros cuadrados con hierba seca o paja es suficiente. Es preciso mencionar que la zona cubierta en forma de cobertizo en climas benignos no se suele emplear. Si bien, personalmente considero de utilidad su presencia, aunque a veces cuesta que los animales la utilicen. Generalmente solo la utilizan para la puesta del huevo y para protegerse en invierno en las épocas de muchos días seguidos de lluvia.
En los primeros días de vida es importante que estén sobre suelos no resbaladizos, ya que debido al tamaño de sus patas puede suceder que no se puedan incorporar bien y tengan lesiones irreversibles. A partir de la segunda semana de edad, es recomendable tener unos buenos parques (preferiblemente de pradera) donde puedan correr libres de alambres, cuerdas, o cualquier otro elemento que pueda causarles heridas.
Los primeros meses de cría son muy importantes en la vida del emú. El cuidado de la zona reservada a la recría es fundamental para el buen desarrollo de los ejemplares, ya que son animales que, debido a su rápido crecimiento, requieren minuciosos cuidados en sus primeros meses para fortalecer su desarrollo, especialmente de sus extremidades.
Texto publicado en el número 4 de la revista AVIOCIO. Autor Miguel Ángel García de Diego
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