El color de los excrementos revela lo que el ave ha comido. Si el tono es amarillento, seguramente haya ingerido maíz o tomates. Si es verdoso, se deberá a la ingesta de hierbas y lechugas. El color negro resulta de una alimentación con frutos silvestres. Por último, si la caca es blanca y acuosa, el animal habrá comido frutas que contenían mucha agua. La tonalidad de las heces debe alarmarnos en caso de ser verde brillante o negro petróleo, ya que es uno de los síntomas de la salmonella y de la gripe aviar.
Qué nos indica el aspecto de las cacas de las gallinas
La diarrea en las gallinas suele estar provocada por una alimentación poco variada, el cambio estacional o el estrés. Cuando la diarrea es puntual, no debe preocuparnos. Sin embargo, si las heces habitualmente son líquidas, delatan la existencia de algún problema. 
Una vez más, insistimos en la importancia de una dieta equilibrada, puesto que las gallinas que comen demasiadas verduras y pocos granos de cereales presentarán unas heces más blandas que aquellas que comen de todo.
En verano, los animales beben mucha agua para hidratarse. Como consecuencia, producen unas cacas más acuosas. Esto también ocurre en época de lluvias. Además, asegúrate de que ningún gato o zorro merodee el gallinero, porque el miedo que genera entre las aves provocará su malestar estomacal.
Otro problema que podemos detectar observando las heces es la existencia de parásitos internos. Por ejemplo, los restos de sangre normalmente se deben al coccidio. Si la gallina tiene vermes en su sistema digestivo, expulsará lombrices por la cloaca. Asimismo, algunos virus provocan mucosidades en la caca.
Por otra parte, una gallina que solo hace sus necesidades tres o cuatro veces al día es una gallina con problemas de riñón o insuficiencia hepática. Estas enfermedades son difíciles de curar, así que pídele consejo a tu veterinario.
Y por último, mantén la higiene del corral, porque la acumulación de excrementos es un foco de infecciones para sus habitantes.