Si una vida rutinaria basta para mantener contentas a las ponedoras, no ocurre lo mismo con las gallinas vivaces y juguetonas, siempre tentadas de ir a ver si la hierba es más verde o si los insectos son más abundantes. Por eso, no vacilan en saltar las vallas aleteando. ¿Sabes qué razas son más propensas a salir volando?
Qué razas de gallinas son mejores voladoras
Como resultado de la domesticación y de las innumerables selecciones y cruces que han sufrido las gallinas a lo largo de los siglos, su morfología y comportamiento han cambiado, al igual que su facilidad de vuelo. Sin embargo, una pequeña minoría de ellas consigue volar unos metros con su frenético batir de alas, y algunas razas logran incluso volar lo suficiente como para superar las vallas.
Las gallinas gigantes y pesadas, como la Brahma y la Orpington, tienen poca aptitud para el vuelo. Pueden despegar ocasionalmente del suelo, pero nunca levantar el vuelo debido a su volumen. En cambio, las razas ligeras como la Araucana son perfectamente capaces de volar unos metros, y más aún las gallinas enanas de plumaje apretado como la Barbuda de Amberes, la Serama o la Sebright. La excepción son las razas Pekín o Sedosa, porque su plumaje sedoso, abullonado o rizado, compuesto en gran parte de plumón, lo hace casi imposible.
Tres soluciones para que tus gallinas no se escapen
La primera idea es instalar una valla lo suficientemente alta alrededor del corral: 1,50 m, o incluso 2 m para las más voladoras. La luz del mallado debe ser pequeña para evitar que por ella se cuelen razas o especies de menor tamaño. No debes plantar arbustos cerca de la valla, ya que servirían de escalera.
Otro método consiste en recortar las plumas de un ala. Esto desequilibrará al animal y no podrá salir volando. Esta operación indolora debe repetirse cada año a medida que las plumas vuelven a crecer.
Por último, la solución más eficaz para que las gallinas no se escapen es cubrir el corral con una red de malla fina o de alambre para crear una pajarera. Otras ventajas de esta práctica son proteger a las gallinas de las rapaces que sobrevuelen tus instalaciones y evitar el contacto directo con pájaros silvestres, posibles portadores de enfermedades como la gripe aviar. Dicha malla ha de ser flexible para que tus aves no se lastimen si se golpean con ella.