El ejemplo más claro es el del condicionamiento clásico de Pavlov, también llamado «asociación estímulo-respuesta». Si al llegar al gallinero tus gallinas te rodean, probablemente asocien tu presencia con la hora de comer.
Capacidades de las gallinas
Las gallinas poseen autocontrol. Así lo demuestra un experimento en el que si picoteaban una pantalla durante unos pocos segundos, obtenían rápidamente una pequeña cantidad de pienso, pero si picoteaban otra pantalla, pasado un mayor intervalo de tiempo obtenían más pienso. Las aves elegían la pantalla que les daba el mejor premio aunque para ello tuvieran que esperar.
Por otra parte, tienen autoconciencia y forman organizaciones sociales. Cada una asume su rol dentro de un estatus jerárquico. Dan por hecho que si la gallina A ha vencido a la gallina B, y B ha vencido a C, A vencerá siempre a C aunque no lo haya demostrado.
Además, se comunican entre ellas para advertir sobre un peligro o para anunciar dónde hay comida. Las gallinas diferencian a sus crías de los demás pollitos por el sonido cuando pían.
Son capaces de engañar, pero también de aprender del engaño. Los gallos no dominantes emiten un sonido de llamada para comer, con la intención de animar a las hembras a acercarse y así aparearse con ellas. Las hembras caerán en la trampa un par de veces, pero después aprenderán que ese macho no es de fiar.
Y si convives con las gallinas, ¡probablemente habrás observado en ellas otras muestras de inteligencia!