El origen de la raza de gallina Calzada
El origen de la gallina Calzada holandesa es tan misterioso y fascinante como las variedades de color de su plumaje. En Holanda, uno de sus países de cuna, es conocida como Sabelpoot, pues su nombre proviene del extravagante plumaje que estas gallinas exhiben en sus muslos y patas. Los jarretes de buitre, en neerlandés se denominan “sabels”, que significa sables, en alusión a las plumas duras y rígidas que nacen en la parte exterior del muslo. Estas plumas están ligeramente inclinadas hacia dentro y se funden con las plumas que pueblan los tarsos. Además, como las largas alas se inclinan hacia abajo oblicuamente, se apoyan en las plumas rígidas y sobresalen ligeramente del cuerpo cubriendo los jarretes, se conforma una especie de masa uniforme de plumas funcionando como un pedestal sobre el que se apoya la gallina y constituyendo uno de los principales atractivos de esta raza. En países anglosajones, y en alusión al copioso plumaje que cubre sus patas, la gallina Calzada es conocida como booted Bantam, que literalmente significaría gallina con botas.
Historia
La Calzada holandesa es una de las razas de gallina más antiguas y, aunque es un poco confusa, la procedencia de esta raza se sitúa en el este de Asia donde era conocida como gallina Bengalí. Eran unas gallinas muy parecidas a las gallinas que el explorador Marco Polo (1254- 1324) describe en sus historias y relatos. No obstante, para remontarnos al origen más remoto de esta gallina es imprescindible citar el libro que el club alemán de Calzada publicó con motivo del centenario de la fundación del club. En un pasaje de esta publicación se citaba al escritor romano Columela quien ya en el año 60 d.C. describía unas gallinas con los tarsos emplumados y una obra del científico y naturalista Ulisse Aldrovandi, en el siglo XVI, en la que aparecía incluso una imagen de unas gallinas enanas con los tarsos emplumados. En la segunda mitad del siglo XVIII, el ornitólogo alemán J.M. Bechstein menciona que en el país germano se criaban gallinas enanas con los tarsos emplumados ya en 1763.
Asimismo, el naturalista alemán Pallas, que realizó numerosos viajes por Rusia hacia 1770, registró en sus informes la presencia de gallinas enanas de varios colores con los tarsos emplumados. También, hay una pintura holandesa que data de 1639 en el que se representaban dos gallinas enanas moteadas con los tarsos emplumados. De acuerdo con el profesor Bruno Dürigen gallinas enanas con los tarsos emplumados se empezaron a verse en Alemania a finales de la Edad Media y en los Países Bajos, la gallina Calzada ya se criaba en el siglo XVI. “Es difícil situar en el tiempo cuándo y cómo estas peculiares gallinas llegaron al viejo continente. Sin embargo, en mi opinión, la cuestión fundamental es otra: ¿llegó la gallina Calzada a Europa ya como una raza seleccionada y fue en Europa donde terminó de hacerse el trabajo de selección hasta culminar su desarrollo? Aunque es difícil poder dar una respuesta rigurosa, echando la vista atrás hasta la Edad Media y consultando fuentes y documentos históricos, cabe decir que la raza fue perfeccionada en Europa. Tampoco está muy claro cómo se formó la raza y una descendencia directa o una relación de la Calzada holandesa con la gallina Nagasaki no puede ser confirmada. Alemania, Reino Unido y Holanda, han hecho mucho por la raza y han sido los países de cuna y caldo de cultivo para la cría, selección y reproducción de esta simpática raza”, explica André Mißbach, presidente de club alemán de gallina Calzada.
Calzada: el tipo ideal
Las gallinas Calzadas, explica Bart Compas, secretario del club holandés de Calzada, “son gallinas muy agradables y tranquilas. Son muy buenas madres y la puesta de huevos, para una raza enana de estas características, es más que aceptable. Es una raza fuerte y saludable. Su apariencia general y por supuesto su infinita variedad de colores, hacen de esta raza una de las más apreciadas por los aficionados”.
En 1994, André Mißbach, se inició en la cría de gallinas Calzada tras ver más de una decena de colores distintos en la visita que realizó a las instalaciones de un amigo. “Adquirí mis primeras gracias a esta visita, ya que por su naturaleza calmada, su cuerpo redondeado y porque dan la apariencia de ser como una muñeca me cautivaron de inmediato”. En cuanto a la forma ideal y las particularidades típicas de la gallina Calzada, explica el criador alemán, “hay varios puntos en los que centrarse: los contornos redondeados del tronco, la forma del pecho y del dorso que también debe ser redondeada. La cola de combatiente, el dorso plano son defectos graves. Además, hay que observar siempre las orejillas y las crestas. Un aspecto que ha ganado mucha importancia en los últimos años es la presencia de uña en los dedos más externos. En el pasado, no era un defecto ni un problema pero en la actualidad si un dedo externo no tiene uña, el máximo de puntos que pueden conseguirse en una exposición es 95. Exceptuando estos puntos que otorgan la excelencia y marcan la diferencia, la raza tiene un nivel de calidad muy alto en la mayoría de colores. La infinita variedad de colores es, sin duda, uno de los principales atractivos pero abordar el amplio abanico de colores daría para escribir un libro”.
Las largas plumas de los tarsos son otro de las señas de identidad de esta raza, pero ¿requieren algún cuidado especial para que sean tan atrayentes y vistosos? “Si las gallinas Calzadas se mantuvieran idealmente en gallineros ubicados sobre césped natural, las largas plumas de los tarsos no correrían ningún riesgo de deterioro. En España los suelos demasiado húmedos y fangosos son una excepción por lo que la suciedad y deterioro de los tarsos no debería constituir una de las principales preocupaciones a diferencia del clima alemán o inglés, climas duros y extremadamente lluviosos”, determina Mißbach. No obstante, para que los tarsos presenten un óptimo aspecto, tanto de limpieza como de presentación, deben redoblarse los esfuerzos en la higiene de los gallineros. “Además, de realizar una limpieza exigente, utilizo perchas normales de unos 5 cm. de anchura. Es digno de atención mencionar cómo la solidez de las plumas de los tarsos varía en función de su color: las plumas de algunos colores son propensas a romperse mientras que las de otros son más suaves y flexibles y permiten exhibir intactos los tarsos emplumados durante un periodo mayor de tiempo”, prosigue el criador alemán. “En las variedades unicolor y las variedades de color moteadas, algunas plumas pueden ser recortadas para hacer la marca de color más uniforme. Cuando se acerca la temporada de exposiciones, es recomendable dar una capa de aceite por la cara, en los lóbulos de las orejillas y en las crestas para resaltar aún más la expresión y la viveza de esta raza”.
Los tarsos emplumados requieren especial atención, puntualiza Bart Compas, cuando una gallina va a acudir a una exposición. “En los días previos a las exposiciones, muchos criadores separan sus gallinas, les ponen una cama especialmente suave y confinada para un mejor mantenimiento de los tarsos y retiran escrupulosamente los materiales que pueden dañar las plumas. También es habitual en Países Bajos que los criadores especialmente detallistas laven a mano sus gallinas antes de presentarlas en una exposición poniendo especial énfasis en las plumas de los tarsos”.
Respecto a los factores genéticos que influyen en la formación de los tarsos emplumados, recononce Mißbach, ”poco puedo decir sobre la teoría o fórmulas genéticas. Todos los conocimientos que he adquirido en la cría de Calzada han sido gracias a la práctica y la propia experiencia. Al realizar cruces de Calzadas con razas con los tarsos desplumados, la primera generación tiene plumas que incluso en algunas ocasiones se extienden hasta los dedos centrales. Si los ejemplares de la F1 vuelven a ser apareados, la próxima generación tendrá los tarsos prácticamente emplumados, por lo que la experiencia me ha demostrado que el gen que influye en la formación de tarsos emplumados es muy fuerte y bastante dominante. Los tarsos emplumados y deben ser completos y sin huecos aparentes. También el dedo medio debe estar completamente emplumado y el dedo está desprovisto de plumas”.
Variedades de la gallina calzada holandesa
Otra de los atractivos de la Calzada holandesa son las múltiples variedades de color, que no dejan de crecer. Diversidad de variedades milflores, moteadas, armiñadas, unciolores, cuclicllo, etc. que conforman los casi 25 colores distintos que están reconocidos en Alemania. “Colores inéditos como splash, blanco armiñado de azul y cuello plateado con espalda naranja se han empezado a ver últimamente en exposiciones en Alemania. En 2007 encabecé la comitiva para realizar el reconocimiento oficial de las gallinas Calzadas con cuello naranja y en 2010 hice lo propio para iniciar el reconocimiento del color autosexable, que permite identificar machos y hembras una vez han eclosionado del huevo. Las incorporaciones más recientes al catálogo de colores son azul, la variedad con pecho naranja y milflores azul”, explica André Mißbach.
En Holandahay una veintena de variedades de color reconocidas, explica el secretario del club, holandés, aunque el colectivo se encuentra está inmerso en tareas de reconocimiento para aprobar nuevos colores. “El reconocimiento de un color es una ardua y costosa tarea: se requiere haber estando criando un nuevo color durante un tiempo determinado con el permiso del club. Además, los animales deben ser presentados a un jurado especial y en el momento en que digan que la calidad sea óptima, el color será aprobado”.
El color milflores
La Calzada milflores es la variedad más popular y uno de los colores que con más antigüedad se cría en toda Europa. Quizás, por su bonita combinación tricolor sea una de las variedades más atractivas para los criadores y aficionados. El color de base de cada pluma es pardo dorado sin trazas de otro color, salvo que cada pluma termina con una lentejuela negra que contiene en su punta una manchita blanca en forma de triángulo. En los individuos ejemplares adultos de segundo año, esta manchita blanca se agranda hasta formar una especie de media luna.
Otra de las variedades más comunes milflores es la variedad milflores limón, que es idéntica a la milflores pero siendo el color de base en un tono limón en vez de pardo dorado. En las últimas temporadas ha empezado a verse también la variedad milflores azul, cuyo color de base es pardo dorado, pero se diferencia de la milflores original en que la lentejuela en vez de ser negra es azul.
Otras variedades
Además de la infinita variedad de colores, desde hace mucho tiempo se conocen Calzadas holandesas con barba. Existen documentos históricos que atestiguan que hace al menos 100 años ya se exponían en Alemania Calzadas barbudas. “En los últimos años han sufrido un importante repunte y, en la mayoría de exposiciones alemanas, ya suponen un 25% del total de Calzadas expuestas”, explica el criador germano. Las Calzadas barbudas son un cruce de Calzadas normales con la Barbuda de Uccle, gallina enana desarrollada en este municipio a las afueras de Bruselas. Además, de su nutrida barba, la papada es más reducida y en la parte trasera de la cara tienen una mayor abundancia de plumaje.
También una variedad de Calzada récula, sin cola, mucho más rara de ver y que fue originada en Alemania, en la región de Turingia. Esta variedad tiene los tarsos emplumados, puede tener o no barba y es una gallina, muy viva, fornida con cuerpo redondeado pero no tiene cola. La gallina Calzada récula es muy similar a la raza barbuda de Everberg. Además, puntualiza Bart Compras, “conozco a un criador que está desarrollando una raza llamada Hengelose resultante del cruce de una Calzada barbuda y una Holandesa moñuda”.
En resumidas cuentas, concreta André Mißbach, “la Calzada es una gallina muy fácil de criar, que no entraña demasiados problemas y por su colorido, viveza y vistosidad es un auténtico reclamo ornamental. Tampoco requiere grandes espacios, pues para criar un grupo compuesto por un macho y cuatro hembras, es más que suficiente un gallinero de unos 8-10 m2. Son muy mansas, para nada inquietas ni asustadizas y también buenas ponedoras. Casi siempre crío en color negro moteado de blanco y algunas gallinas me han dado cifras cercanas a 150 huevos anuales. Para empezar a criar Calzada lo más importante es adquirir unos buenos reproductores. Nadie obtendrá éxito si parte de unos animales mediocres”. Bart Compas coincide y comparte punto de partido con su homólogo alemán. “El objetivo es siempre mejorar la calidad y conseguir unos animales que se ajusten a la perfección al patrón racial. Por esta razón, es bueno acudir a exposiciones o visitar a otros criadores para poder comparar, detectar errores y compartir experiencias. Es mejor pagar más, pero obtener unos óptimos reproductores porque partiendo de unos buenos reproductores nos aseguraremos de criar ejemplares con calidad, lo que nos dará más motivación para seguir criando y nos ahorrará muchas desilusiones”.
Texto publicado en la revista AVIOCIO ( número 21)