Orígenes e historia de la raza Marans
La Catedral de San Andrés de Burdeos fue testigo, en mayo de 1152, del matrimonio entre Leonor de Aquitania y Enrique II de Inglaterra, quien por herencia paterna ya controlaba los territorios de Normandia y Anjou. Leonor, aportó en dote a Inglaterra una parte del sudoeste de Francia, convirtiendo a Enrique en el monarca más poderoso de su época. La dominación inglesa y el influjo sobre Francia se extendieron durante dos siglos y era habitual que los barcos ingleses hicieran escala en el puerto de La Rochelle, ciudad medieval ubicada al oeste de Francia.Las embarcaciones portaban gallos combatientes que habían sobrevivido a las peleas de gallos que los marineros organizaban para matar el tiempo libre cuando no estaban navegando.Estos gallos fueron cruzándose con “pollas de agua”y, como resultado de estos cruces, se obtuvieron gallinas con de un tipo más robusto y cuyos huevos eran grandes y oscuros. Los granjeros encargados de atender a estas gallinas fueron seleccionando los huevos más grandes, con las cáscaras bien duras y las más oscuras, realizando una “selección al capazo”. Así, los gallos combatientes utilizados por los marineros, de colores muy diversos, son el origen remoto de la raza Marans y son responsables de su porte orgulloso, de su compacta silueta y del ostentoso carácter provocador de sus gallos.
La segunda mitad del siglo XIX fue una época decisiva para la evolución de la raza Marans y otras razas francesas a raíz de la introducción de razas asiáticas como Croad Langshan y Brahma. Louis Rouillé, avicultor de la zona de La Rochelle, comenzó a criar esta raza de origen chino y sus ejemplares pronto se expandieron por toda la región. Así, comenzó el segundo gran proceso de evolución de la raza Marans. La participación de Croad-Langshan, cuyo huevo es de color marrón, fue crucial para que se fijara la característica, por antonomasia, de la raza Marans: el huevo de color extra-rojo. No obstante, las variedades de plumaje de la raza Marans son herencia directa de su origen remoto: los gallos combatientes que penetraron en Francia gracias a los marineros que llegaban a territorio galo en los barcos procedentes del reino de Inglaterra.
En 1914, la raza Marans fue presentada en sociedad por primera vez en la Exposición Nacional de La Rochelle, con el nombre de “gallina del país”. En 1921, Madame Rousseau empezó a seleccionar rigurosamente las mejores Marans (por el color y tamaño de sus huevos) y a buscar una uniformidad en el color de la pluma. En 1928 pudo exponer sus primeras Marans cuclillo, cuyos huevos eran hermosos tanto en color como en tamaño. Afortunadamente, P. Waroquiez, redactor jefe de El Avicultor francés;quien había asistido a la exposición, sintió interés por esta nueva raza y publicó una serie de artículos que fueron cruciales para asentar la raza Marans.
Unos meses más tarde, en septiembre de 1929, fue fundado el Club Marans de Francia, para conservar y propagar la raza por todo el territorio francés. En la exposición de París de ese mismo año, Lord Greenway, reputado avicultor inglés, adquirió diversas variedades de color de Marans, pero acabó centrando sus esfuerzos en la selección de Marans cuclillo, subdividiendo esta variedad, por la inestabilidad de su plumaje, en cuclillo dorada y plateada. En 1931, el patrón racial fue inscrito en la Sociedad Central de Avicultura de Francia (SCAF), pero inesperadamente la raza sufrió un periodo de decadencia agravado por la II Guerra Mundial que estuvo a punto de provocar la desaparición total de la raza. A lo largo de las siguientes décadas, los sucesivos presidentes del club trataron de ir recuperando la raza, pero se toparon con la ardua tarea de luchar contra las granjas industriales que se servían de la raza Marans para oscurecer los huevos de las gallinas ponedoras industriales. En 1991, cuando el club apenas contaba con unos pocos socios, Serge Deprez, ocupó la presidencia del club con la misión de cimentar sus bases. Un nutrido grupo de criadores fue reclutado y en 1992 el club ya contaba con un centenar de miembros. Así, comenzó a realizarse un impagable trabajo para reflotar el club: estudiaron a fondo el patrón racial que fue corregido en 1993 y recorrieron Francia en busca de huevos extra- rojos y gallinas ajustadas a la perfección al estándar. En la actualidad el Club Marans Francia (MCF), es uno de los clubs de avicultura de mayor envergadura del mundo y cuenta con más de 600 socios repartidos por todo el mundo.
Forma y características de la gallina Marans
La rusticidad, la tranquilidad que desprende, su peculiar silueta, la riqueza genética que ha dado lugar a una nutrida combinación de colores y su principal seña de identidad, el color extra-rojo de su huevo, son responsables de que el interés de los aficionados a la avicultura de ocio por esta raza se haya acentuado en los últimos años. En su peculiar silueta, modelada a lo largo de su evolución, se deduce la presencia de gallos combatientes y razas asiáticas que jugaron un papel esencial en su formación. La forma del cuerpo, de la cola y del pico y la posición y tamaño de sus tarsos definen, en opinión del MCF, la silueta ideal de la raza: un Marans, en su conjunto, forma un teórico pero casi perfecto cuadrado, mientras que el cuerpo debe ajustarse a la superficie de un rectángulo. El dorso es largo y ligeramente inclinado y la inclinación de la cola respecto a la horizontal es de 45º, siendo aceptable hasta los 60º. El pico, según expresa el patrón, es fuerte y curvado, lo que refrenda la influencia de los gallos combatientes. Los tarsos, de tamaño medio, en comparación con otras razas, y la separación y firmeza de las patas, refuerzan la impresión de fuerza y rusticidad que caracteriza a la raza Marans. “Los tarsos sin plumas son un defecto intolerable. Los tarsos deben estar poco o medianamente emplumados, no tanto como, por ejemplo, los tarsos de la raza Brahma. A nivel europeo, la Marans de tipo inglés, cuyos tarsos están desplumados, no existe y sólo está reconocida en el país de origen”, puntualiza Herment.
Para el criador francés, Marans es una de las razas de gallina más completas. “Es una raza de carácter mixto, rústica pero calmada, aunque, en ocasiones, los gallos pueden ser agresivos, procura una puesta de huevos suficiente, su carne es de notable calidad y el color de su huevo es único”. Además, concibe la cría de Marans como un reto apasionante. “Es la raza de gallina más difícil de criar, porque se busca tanto la forma de la gallina como el color de su huevo, pero el secreto es no perder el coraje, tener paciencia, escoger bien los reproductores y no cambiarlos cada temporada de cría. No hay que olvidar que de un ejemplar joven, a priori corriente, puede salir todo un campeón y viceversa. Un error de principiante es querer criar todas las variedades de color al principio. Hay que escoger uno o dos colores como mucho, por ejemplo, la variedad negro cobre, que es uno de los colores más comunes y el color de sus huevos es precioso”, advierte Herment.
De dónde viene el color extra rojo de los huevos de la gallina marans
El huevo de Marans es, junto con el de la raza Penedesenca, el huevo de gallina cuyo color es más oscuro. Cuanto más oscura es la cáscara, más deseable es el huevo, pero ¿de dónde procede esa peculiar tonalidad? El MCF explica que el color extra-rojo “está ligado a la presencia de factores genéticos ineludibles”. Además, según los postulados del club francés, se ha constatado que la mayor eficacia de transmisión de huevos extra rojos corresponde a los gallos, no a las gallinas, provocado por la presencia de algún gen ligado al sexo. Así, en los cruces, para mejorar el color de los huevos, un gallo cruzado con una gallina no pura transmitiría sus genes a toda su descendencia, mientras que si en el cruce intervendría un gallo no puro, no se produciría la transmisión tan eficazmente.
La tonalidad extra-roja del huevo de Marans proviene de la “impregnación de un líquido colorante sobre la cáscara del huevo, que es producido por el tejido esponjoso del oviducto de la gallina, a 10 cm de su final y que es expulsado justo antes de la puesta”. Así, durante la puesta, la capa mucosa que recubre el huevo se seca rápidamente y la cáscara conserva la característica tonalidad porque “las glándulas mucosas secretan las sustancias colorantes y tiñen la cáscara. Estas sustancias, de origen albuminoso, son producidas por ciertas células, aún desconocidas para las leyes bioquímicas”. En contraposición al huevo verde azulado de la raza Araucana que tiñe el color de la cáscara, “el color interno de la cáscara de huevo de la raza Marans, es perfectamente blanco ofreciendo un contraste desconocido y dando la coloración justo antes de la puesta”.
Un artículo publicado por la Universidad de Florida sobre la tonalidad de los huevos oscuros, defendía que, una vez que el óvulo llega al útero (glándula cascarógena) de la gallina, permanece en torno a 20 horas. Durante este tiempo, la cáscara es depositada, sobre todo, en forma de carbonato de calcio, en las membranas que envuelven la albúmina y la yema. Conforme la formación de la cáscara avanza, las células epiteliales que recubren la superficie de la glándula cascarógena comienzan a sintetizar y acumular los pigmentos. Los tres principales pigmentos son biliverdina, zinc quelado y protoporfirina. No es hasta las 3 o 4 últimas horas de la formación de la cáscara, cuando la mayor parte de los pigmentos acumulados son transferidos a la cutícula. El grado de color marrón de la cáscara de huevo de la gallina es dependiente de la cantidad de pigmento directamente asociado con la cutícula. La cutícula rica en pigmentos se deposita sobre la cáscara del huevo en, aproximadamente, el mismo tiempo que la deposición de la cáscara alcanza su estabilización, unos noventa minutos antes de la oviposición. Por lo tanto, la distribución de pigmento no es uniforme en todo el espesor de la cáscara del huevo. A pesar de que la cáscara del huevo contiene trazas de pigmento, su contribución a la intensidad del color oscuro es insignificante en comparación con la de la cutícula.
Pero, ¿el color de los huevos que pone una gallina durante toda su vida varía? Algunos estudios enumeran ciertos factores como la edad de la gallina, el estrés o enfermedades virales, que inciden en la intensidad del color de la cáscara del huevo. Herment reconoce que “con la edad ciertas gallinas pierden intensidad en el color del huevo, otras van perdiendo también a medida que la puesta se va alargando, pero otras, al contrario, lo pueden ir oscureciendo. En este sentido, la selección juega un papel crucial: una gallina que mantiene constante el color del huevo durante toda la puesta, es una joya”, explica Herment. El MCF asegura que, “en una serie de tres, cuatro o cinco huevos puestos con una diferencia de un día, el primero suele ser el huevo más coloreado. Un reparto anormal de pigmentos, un aspecto blanquecino o rugoso, suponen el anuncio de enfermedades o parásitos”. Además, el MCF explica que existen una serie de factores externos que pueden incidir negativamente en la coloración del huevo como malas condiciones de higiene, cambios de entorno, estrés, incorrecta alimentación, etc.
Otra cuestión es si está relacionado el color de la pluma de la gallina con el color de sus huevos. “En teoría no está ligado el color del huevo con el color de la pluma y el gen de dilución del color de la pluma no influye en el color del huevo. Por ejemplo, si se comparan las variedades de color azul cobre que proviene de la negro cobre, la azul cobre pone los huevos tan oscuros como la negra cobre. No obstante, como ciertas variedades de color han sido más seleccionadas a lo largo del tiempo, sus huevos son más oscuros que los de otras variedades que no han sido tan trabajadas”, explica Herment.
El huevo, seña de identidad de la raza Marans, conlleva, en opinión de Herment, los principales desafíos en la cría de la raza, como por ejemplo, “la preservación de la tonalidad y aspecto del huevo y una cierta dificultad en el proceso de eclosión, ya que el huevo de Marans es un poco menos poroso y está más protegido que los huevos de otras razas”.
Escala oficial colorimétrica del huevo
La escala oficial colorimétrica del huevo del MCF, numerada del 1 al 9, incluye desde los huevos de color más blanquecino hasta los codiciados y excepcionales huevos extra rojos, que copan los dos últimos escalafones. En el primer nivel se encuadran los “huevos blancos”, que son inaceptables y propios de razas como, por ejemplo, Leghorn, Ancona o Brakel. El nivel 2, “huevos teñidos”, agrupa los huevos que, impropiamente, se denominan “morenos”, en los patrones raciales de algunas razas como Rhode Island y que podrían equipararse a los huevos que comúnmente se adquieren en un supermercado. Obviamente, también son inaceptables. En el nivel 3, “huevos rojos”, son ya considerados como auténticos huevos Marans, aunque aún no han sido suficientemente seleccionados y la tonalidad del huevo no es satisfactoria. El nivel 4 ya representa lo que se denomina, “huevos extra-rojos”, aunque es preciso indicar que el color de los huevos encuadrados en esta categoría no es mejor que el color de los huevos del nivel anterior. No obstante, los “huevos extra-rojos”, ocupan un peldaño superior porque la cantidad de pigmentos es más intensa y su repartición se ha hecho de forma más heterogénea, como con manchas, hecho que aporta a estos huevos, la condición de extra-rojo. Los niveles 5, 6 y 7, agrupan “huevos extra-rojos tirando a chocolate”, cuya forma es más redondeada y globulosa, típica del auténtico huevo Marans y su brillo es de una calidad e intensidad superior. Por último, las dos últimas categorías, 8 y 9, plasman lo que es un “huevo Marans excepcional”: cuyo color se aproxima al pigmento en estado puro. Los huevos excepcionales se obtienen al principio de la puesta y es normal que los tonos de los pigmentos se vayan atenuando a medida que avanza la puesta, hasta estabilizarse en huevos de nivel 6 o 7.
Unos buenos reproductores garantizarán una buena proporción de huevos de chocolate, que podrán mantenerse constantemente y mejorar mediante una selección seria en cada temporada de cría. Las cualidades de una buena Marans ponedora deben apreciarse por el color de sus veinte primeros huevos de cada puesta y por la regularidad de la tonalidad de los huevos a lo largo de la puesta. Es frecuente que los huevos extra-rojos provengan de gallinas que no se ajustan a la perfección al patrón racial: tipos ligeros, cola de ardilla y remeras o colores impuros son algunos de los principales defectos que pueden observarse. Es importante entender que los huevos extra-rojos y un tipo perfecto no se obtienen al mismo tiempo: la selección conlleva un largo y exigente trabajo.
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