De origen holandés, es una de las razas de gallina que más popularidad tiene en los Países Bajos hoy en día. Fue reconocida por primera vez en 1906, pero su historia se remonta a muchos más atrás.
Historia de la Gallina Kriel Holandesa
La gallina Kriel es originaria de Holanda y no fue hasta 1906 cuando esta minúscula raza de gallina fue, en cuatro variedades de color, reconocida en su país de origen; si bien, el origen de esta gallina, un poco confuso, se remonta hasta mucho más atrás.
En los Países Bajos se criaban gallinas enanas con forma, tamaño y de color similar a las gallinas de razas Kriel que comúnmente podemos ver en campeonatos y exposiciones y que crían hoy infinidad de aficionados a la avicultura de ocio. Sin embargo, el origen de la gallina Kriel no está claro y no es para nada exacto.
Es posible que la gallina Kriel provenga directamente del gallo Bankiva (gallus gallus), nativa del sudeste asiático, ancestro de todas las gallinas o que la gallina Kriel fuese una de las primeras gallinas en ser domesticada pues el color de la variedad dorada de Kriel y el color del gallus gallus guarda un gran parecido.
Así, la teoría más aceptada es que los marineros holandeses de la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales durante alguno de sus viajes comerciales entre Países Bajos y las Indias Orientales a lo largo del siglo XVII introdujesen la gallina Kriel a su territorio donde fue seleccionada y perfeccionada por los avicultores holandeses hasta que en 1906 pasó a ser reconocida y estandarizada.
Kriel, una de las gallinas más pequeñas que existen
La gallina Kriel es una de las gallinas más pequeñas que existen, pues generalmente el gallo ronda el medio kg de peso y la gallina ni siquiera lo alcanza. Es una gallina de postura baja, pero su porte es erguido dando la sensación de que siempre “va derecha”. El pecho es muy ancho y prominente llevado muy alto.
También destacan sus las alas, enormes y muy largas en proporción con el tamaño del cuerpo, que incluso tapan por completo los muslos. Los tarsos son de color azul pizarra cuya intensidad es mayor o menor dependiendo de la variedad de color de la gallina. La cola, muy abierta y muy poblada por un denso plumaje, es también muy grande y bastante larga y es llevada bastante alta.
Otros atributos de esta gallina es la cresta, sencilla y muy pequeña pero con cinco dientes marcados, sus ojos, grandes en proporción al reducido tamaño de la cabeza y las minúsculas orejillas, de color blanco y de forma ovalada. La puesta anual de esta gallina oscila entre los 120 y 140 huevos cuya cáscara es de color blanco y cuyo peso suele rondar los 35 gramos.
Respecto al comportamiento de esta gallina destaca por su temperamento tranquilo y por su viveza. Es una gallina muy afable y divertida, llena de vitalidad y que, como suele decirse popularmente “no para quieta”.
Casi 30 variedades de color…
Otra de las particularidades de esta simpática gallina de raza son las “infinitas” variedades que existen. En 1906, la gallina Kriel fue reconocida y estandarizada en Países Bajos en cuatro variedades de color. Sin embargo, un siglo después y tras haber dado rienda suelta a su imaginación los criadores de esta raza, en Países Bajos ya se han reconocido casi 30 variedades de color y hay una alguna más que aún está en proceso de ser reconocida.
Dorada, blanca, negra, azul, cuclillo o codorniz fueron algunos de los primeros colores que se fueron consiguiendo en esta raza aunque hoy en día ya se puede ver en variedades de color tan variopintas como lavanda, blanco silla roja, limón codorniz, leonado y blanco armiñado tanto de negro como de azul, abedul, salmón, dorado cuello naranja y un largo etcétera.
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