Se caracteriza porque su cabeza no tiene plumas y por su cresta en forma de cuerno. Mide cerca de 50 centímetrros. Su color ancestral es gris adornado con manchas blancas en forma de lentejuelas, si bien los criadores han obtenido otras variaciones, como por ejemplo blanco, púrpura o gris perla.
Es una especie escandalosa y huidiza. De hecho, en las casas de campo se usa para alertar si llegan visitantes indeseados.
En su hábitat natural vive en zonas abiertas y de forma gregaria. Su alimentación es omnívora, a base de granos, vegetales e insectos.
Puede correr a gran velocidad. Su vuelo es bajo, aunque por las noches prefiere dormir en alto, subida a las ramas de los árboles.
El dimorfismo sexual es escaso, pero el macho es algo más grande que la hembra y su cacareo es diferente. Además, en edad adulta, el macho normalmente tiene las barbillas más desarrolladas y el cuerno más puntiagudo.
Son aves monógamas. La hembra pone de 6 a 15 huevos por puesta y los incuba unos 28 o 29 días. El cascarón es de color crema y muy duro. En el caso de decantarse por la incubación artificial, la humedad debe aumentarse un 5 % respecto a la incubación de los huevos de gallina.
La gallina de Guinea tradicionalmente se ha cultivado por sus huevos y por su carne, un plato muy típico en Francia, aunque en España actualmente se cría principalmente como ave ornamental.