Las lombrices que afectan a las palomas se dividen en tres tipos diferentes: nematodos o lombrices redondas, cestodos o lombrices planas y trematodos, siendo estos últimos muy poco frecuentes por lo que los obviaremos en este artículo.
Nematodos
Los principales nematodos encontrados en las palomas pertenecen a los géneros Ascaridae con una especie más frecuente A.columbae y al género Capillaria con 3 principales especies C.columbae, C.caudinflata y C.obsignata.
El género Ascaridae presenta un color blanquecino con una longitud entre 2,5 y 6 cm. siendo las hembras de mayor tamaño, con cutícula dura y extremos afilados, mientras que el género Capilaria presenta un tamaño mucho menor, hasta 2,5 cm. de longitud y apenas 0,5 mm. de diámetro, que dificulta su visión sin microscopio presentando el aspecto de pequeños espaguetis. Asimismo presentan órganos de fijación al intestino y cutículas duras a fin de evitar su digestión.
La transmisión se produce por la ingestión directa de los huevos por lo que hablamos de parásitos de ciclo directo, huevos que, depositados en el suelo a través de las heces, se convierten en infestantes entre 15 días y varias semanas tras la puesta, en el caso de Áscaris y en 8/14 días en el caso de Capillaria, dependiendo de las condiciones de temperatura y humedad ambientales. Pueden permanecer en el medio durante largos periodos de tiempo afectando de manera más importante su supervivencia al calor y la falta de humedad que no el frío y las altos valores de humedad.
Tras la ingestión de los huevos infestantes y después del desarrollo de varias formas larvarias se forman machos y hembras en el intestino que tras un periodo que puede variar entre 5 y 6 semanas en el caso de Áscaris y entre 3 y 4 semanas en el caso de Capillaria, fase que se denomina periodo de prepatencia, se inicia la puesta de huevos fértiles que reinician el ciclo, puesta que puede ser de varios miles de huevos por día.
Sintomatología
Los síntomas vienen dados por varios mecanismos:
- Daño directo que se produce en la pared intestinal debido a la migración y fijación de los parásitos en ella.
- Deficiente absorción de los nutrientes debido a ese daño en la pared intestinal.
- Liberación de toxinas por parte del parásito.
- Bloqueo mecánico del intestino por la presencia masiva de parásitos pudiendo llegar a producir la perforación del mismo.
Los síntomas pueden variar en su gravedad dependiendo de la edad del animal (los animales adultos parecen desarrollar cierta inmunidad ) el numero de parásitos presentes y la presencia concomitante de otras parasitosis (coccidiosis) u otras enfermedades (circovirus).
En casos leves, los síntomas son evidentemente de menor intensidad y consisten en pérdida de peso moderada, heces no formadas y mal aspecto general. En el caso de animales de competición, malos rendimientos en los concursos y en animales reproductores disminución de la fertilidad y prolificidad.
En casos más graves, aparte de la sintomatología anterior, aparece diarrea, mucosa grave, vómitos y en infestaciones graves por Capillaria las heces pueden presentar cantidades variables de sangre.
Pueden también presentarse lesiones hepáticas debido a la migración de la que denominamos larva II a través del hígado presentándose este aumentado de tamaño, friable e incluso hemorrágico.
En resumen, podemos decir que en general el curso de la enfermedad es crónico, con sintomatología que puede pasar desapercibida siendo una patología que facilita la aparición de otras enfermedades graves, aunque por sí mismo la presencia de parásitos intestinales puede causar la muerte.
Diagnóstico
El diagnóstico, a pesar de que en el caso de la presencia de áscaris se pueden apreciar a simple vista, si la paloma los expulsa por vía oral o cloacal, es en principio mediante la observación microscópica de los huevos en las heces ya sea de forma directa o mediante técnicas de flotación.
En la necropsia de pueden apreciar lesiones en hígado, intestino y la presencia de parásitos en el interior de este en caso de áscaris no siendo esto posible en presencia de capillaria.
Es de destacar que con mucha frecuencia no observaremos un solo tipo de parásitos sino que suele haber infestacion múltiple e incluso muy a menudo se observa la presencia de coccidiosis.
Tratamiento
Se dispone hoy en día de numerosos tratamientos siendo los más usados el levamisol en diferentes formas (comprimidos, solución oral o inyectable) a dosis de 10 -20 MG por Kg. de peso a dosis única en caso de áscaris. A menudo son necesarias dosis más altas en el caso de capillaria y en agua de bebida a dosis de 400 MG por litro repitiendo a los 15 días.
Es asimismo muy efectiva la utilización de ivermectina en forma inyectable o spot-on a dosis de 0’3 MG por Kg. de peso especialmente en el caso de capillaria y algo menos efectiva para áscaris.No se recomienda el uso de mebendazol o fembendazol por su posible toxicidad en palomas, pues puede afectar la reproducción y la muda.
Es imprescindible tras el tratamiento la limpieza a fondo del palomar a fin de evitar las reinfestaciones con huevos que pudieran estar presentes en el medio.
Prevención
Teniendo en cuenta el ciclo de estos parásitos, la prevención se perfila como la mejor arma. La instalación de rejillas en el suelo del palomar, el control de la humedad y la desparasitación preventiva de todos los nuevos animales evitará en buena medida la presencia de lombrices en las palomas.
En palomares con gran movimiento de animales o que puedan tener contacto con palomas ajenas a nuestro palomar y teniendo en cuenta el periodo de prepatencia se deberían de realizar tratamientos preventivos cada cuatro semanas.
La limpieza del palomar lo más frecuentemente posible resulta asimismo imprescindible para evitar nuevas infestaciones.
Cestodos
En general los cestodos (tenias) son mucho menos frecuentes en las palomas en nuestras latitudes presentándose de manera mucho más ocasional. Las especies más frecuentes son Hymenolepis columbae y Raillietina columbae cuya diferencia principal con los nematodos consiste en que su ciclo necesita de manera obligatoria un hospedador intermediario (caracoles, babosas,) que debe de haber ingerido los huevos de los parásitos realizándose en su interior varias fases larvarias de manera que tras la ingestión de dichos hospedadores por parte de la paloma se pueda desarrollar en ella el parásito adulto al cabo de aproximadamente unas seis semanas y poder iniciar la nueva puesta.
Los síntomas y los mecanismos de acción son similares a los de los nematodos y el diagnóstico se realiza por la observación de anillos en las heces o mediante observación microscópica de huevos en las heces.
La prevención es similar a la descrita para nematodos y el tratamiento consiste en suministar praziquantel a dosis de 10 -20 MG/Kg. o bien niclosamida a dosis de 100 MG por paloma.
La conclusión debería de ser que a pesar de los diferentes modos de transmisión, los diferentes tratamientos, las diferentes especies de parásitos etc. nunca debemos de olvidar que están ahí, están ocasionado problemas a las palomas, aunque no los veamos, y la higiene de nuestro palomar es la mejor arma para evitar el problema.
Texto de Jordi Mañosa para la revista AVIOCIO ( número 4)