Los virus son agentes infecciosos de tamaño infinitamente pequeño. Para poder observarlos no es suficiente con un microscopio óptico, sino que se requiere uno electrónico.
Cómo prevenir las enfermedades víricas en las gallinas
Estos agentes patógenos tienen la capacidad de multiplicarse en las células del organismo al que están infectando y de esta manera pueden provocar el desarrollo de una enfermedad.
No existen medicamentos capaces de sanar las enfermedades víricas. Las vacunas, siempre que estén supervisadas por un veterinario, son la medida más eficaz para combatir este tipo de patologías. El mantenimiento de los aviarios bajo unas estrictas normas de higiene, realizar un correcto manejo de las aves y el suministro de una alimentación adecuada son requisitos imprescindibles para prevenir las infecciones causadas por la acción de los virus.
Algunas de las enfermedades víricas más comunes que pueden alterar el funcionamiento de nuestros aviarios son:
Viruela aviar:
La viruela aviar es una de las enfermedades más visibles y por esta razón se tiene constancia de ella desde la antigüedad. Las lesiones que causa pueden localizarse tanto en la piel como en órganos internos, por lo que la viruela aviar puede ser cutánea o diftérica.
Tanto su dispersión como su desarrollo son muy lentos y para que se produzca el contagio, el virus debe ingresar en las células del ave infectada. La enfermedad puede provocarse mediante la picadura de artrópodos, como los mosquitos, o por el contacto del virus con heridas de la piel de las aves. El gallo, por tanto, desempeña un papel decisivo en la transmisión del virus, ya que al efectuar el coito sujeta la cresta de las gallinas con su pico y al contactar con las gallinas, el propio gallo puede enfermar.
La transmisión también puede producirse por el contacto de las mucosas de las vías respiratorias del ave con partículas infectadas. Bebederos y comederos usados por aves enfermas y cualquier alimento o instrumento contaminado puede convertirse en potencial agente portador. Además, el ingreso del virus de la viruela en una colección también podría producirse al introducir gallinas reproductoras en un aviario.
La forma cutánea o seca se manifiesta por la presencia de nódulos, similares a las verrugas, visibles sobre todo en las zonas corporales del ave desprovistas de plumas (cresta, barbas, ojos, lóbulos de las orejas, etc.), mientras que en su forma diftérica o húmeda causa lesiones en la cavidad bucal y en los órganos superiores del sistema respiratorio (faringe, laringe y tráquea principalmente).
La viruela aviar causa decaimiento, somnolencia e inapetencia, entre otros síntomas. Además, las afecciones respiratorias causan exceso de secreciones nasales, así como jadeos y respiración defectuosa.
No existe tratamiento para la viruela aviar por lo que puede prevenirse o frenarse a través de la vacunación supervisada, ya que las tareas rutinarias de bioseguridad no son suficientes para garantizar la protección total contra esta enfermedad.
Enfermedad de Marek:
Esta enfermedad vírica recibe el nombre del veterinario húngaro József Marek quien a principios del siglo XX fue la primera persona en describir el cuadro clínico de esta patología. Principalmente afecta a pollos jóvenes, de entre 6 y 20 semanas de edad, aunque también puede afectar a aves más adultas y se manifiesta en cuatro estados distintos: nerviosa, visceral, ocular o cutánea (o una combinación de ellos).
Un virus muy resistente perteneciente al grupo de los Herpesviruses el responsable de esta patología. Su transmisión radica en los folículos y escamas de las plumas, que una vez desprendidas, entran en contacto con las aves a través de las inspiraciones.
El virus provoca la acumulación de linfocitos entre las fibras nerviosas del ave, lo que origina manifestaciones de parálisis, sobre todo en las extremidades, y las consiguientes dificultades para desplazarse.
La presencia de nódulos en los órganos internos puede ser también un indicio de la enfermedad, que, además, puede provocar tumores en órganos como los ovarios, ojos, hígado, pulmones y riñones.
No existe ningún tratamiento para contrarrestar la enfermedad de Marek, por lo que una vacunación supervisada, es la estrategia precisa para controlar esta patología.
Enfermedad de Gumboro:
La denominación de Gumboro procede del nombre de una pequeña ciudad norteamericana, donde esta patología se observó por vez primera. También es conocida como bursitis infecciosa, o “enfermedad de la bolsa”, ya que es una enfermedad que afecta principalmente a la bolsa de Fabricio, órgano pequeño y redondeado que se encuentra situado dorsalmente a la parte caudal de la cloaca de las aves. Este órgano es muy importante en aves jóvenes cuyo aparato inmunitario aún se encuentra en fase de desarrollo.
La transmisión de esta contagiosa enfermedad se produce principalmente por el método directo a través de excrementos y heces o por la acción patógena de fómites y algunos insectos.
Las gallinas jóvenes son las principales especies afectadas por esta enfermedad, que se hace visible por el característico plumaje erizado y desordenado que presentan las aves infectadas. Además, se desplazan de forma insegura y pueden sufrir depresión y temblores, intensa deshidratación, el aumento de la bolsa de Fabricio, palidez de crestas, etc.
Además, de los síntomas y las dolencias que provoca en el ave, una de las consecuencias más graves que puede provocar esta enfermedad es la afectación al sistema inmunológico, por lo que podría reducir la capacidad del ave para desarrollar inmunidad frente a otras patologías.
No existe un tratamiento específico y eficaz contra esta enfermedad. Para prevenirla, siempre bajo la supervisión de un veterinario, existe la posibilidad de recurrir a vacunas inactivadas para la vacunación de las aves reproductoras y vacunas vivas para inmunizar a los pollitos. Además, como para cualquier otra patología, es primordial reunir unos óptimos niveles de bioseguridad en el aviario, acompañados de desinfecciones y desinsectaciones constantes.
Enfermedad de Newcastle
La enfermedad de Newcastle es una enfermedad vírica respiratoria, grave y muy contagiosa, que afecta a muchas especies avícolas, principalmente a las gallinas. La ciudad inglesa de Newcastle da nombre a esta patología, ya que fue descrita por primera vez en 1926 en esta localidad situada al nordeste de Inglaterra.
Es producida por un virus de la familia Paramyxoviridaey se transmite por el aire o por contacto directo con las secreciones de aves infectadas con las heces o a través de instrumentos, alimentos y agua contaminada.
La enfermedad de Newcastle, a simple vista, no se puede diferenciar de la bronquitis infecciosa y de otras infecciones respiratorias y los síntomas principales no difieren mucho de los provocados por otras enfermedades similares.
Los signos más frecuentes son deficiencias respiratorias y nerviosas como jadeos, estertores y tos, pérdida de apetito, depresión y parálisis parcial o completa en extremidades e incluso aves infectadas pueden aparecer con el cuello y la cabeza visiblemente torcidos. Otros síntomas que puede causar esta enfermedad son lesiones viscerales acompañadas de hemorragias, diarreas y edemas en el cuello y en la zona ocular.
Además, es posible que se produzca una interrupción de la producción de huevos, disminuya la puesta y que los huevos aparecen aparezcan deformados, decolorados y presenten una cáscara rugosa y fina.
No hay ningún antídoto eficaz para mitigar esta patología, por lo que la prevención basada en la higiene, limpieza y desinfección de las instalaciones es la estrategia más recomendable para disminuir el riesgo de infección de nuestras aves. Además, existen vacunas vivas e inactivadas para el control de esta enfermedad.
Bronquitis infecciosa
La bronquitis infecciosa es una enfermedad vírica que afecta únicamente a las gallinas, tanto a pollos jóvenes como a aves adultas. Es una patología respiratoria, extremadamente contagiosa y está considerada como una de las enfermedades aviares más infecciosas. Un coronavirus es el agente portador y ataca principalmente las vías respiratorias, aunque también puede diseminarse hacia diferentes órganos del cuerpo del ave.
Su transmisión se produce directamente por medio del aire. También se puede contagiar a través de vectores contaminados como jaulas, instrumentos, etc., pero nunca a través del huevo.
Los síntomas más evidentes son netamente respiratorias tales como estornudos, boqueo, dificultad respiratoria, jadeos y estertores. Además, la bronquitis infecciosa puede provocar secreciones nasales y oculares acuosas, cuadros depresivos, caída en la producción de huevos y, en ocasiones, daños renales. Si bien, nunca causa síntomas nerviosos.
No existe un tratamiento específico y efectivo para tratar la bronquitis infecciosa. La prevención y el control de esta patología radican en cumplir un estricto método de higiene y bioseguridad completado con un programa supervisado de vacunaciones.
Laringotraqueítis infecciosa
La laringotraqueítis infecciosa es una patología causada por un virus de la familia Herpesviridae, cuya denominación proviene por la inflamación severa tanto de la tráquea como de la laringe, signos lesivos más visibles que provoca esta enfermedad.
Esta enfermedad afecta principalmente a gallinas y ocasionalmente a faisanes y aparece más habitualmente en aves de entre tres y nueve meses de edad. Por norma general, es más grave en los machos que en las hembras y las razas pesadas son más vulnerables que las ligeras.
El virus portador de esta infecciónes esparcido a través de secreciones respiratorias y transmitido por el contacto directo entre las aves hospedadas en un mismo aviario. Esta enfermedad también puede contagiarse indirectamente a través de bebederos, comederos, o jaulas que han sido contaminadas con secreciones infectadas. Si bien,en la mayoría de los casos el contagio se produce por la entrada en el aviario de aves infectadas por el virus.
Los signos clínicos más visibles son estornudos y toses, jadeos, dificultad respiratoria sacudidas de cabeza y boqueo derivados de la obstrucción de la tráquea que pueden causar la asfixia del ave. Otros síntomas que puede causar esta enfermedad son secreciones nasales y oculares así como un descenso de la puesta de huevos.
Para combatir esta patología, es preciso la aplicación de medidas de bioseguridad, de higiene y desinfectar estrictamente jaulas, equipos e instalaciones, mientras que se puede recurrir a vacunas vivas, siempre y cuando sean supervisada por un veterinario.
Influenza aviar
La influenza aviar, comúnmente conocida como gripe aviaria, es una enfermedad vírica potencialmente contagiosa, que puede afectara la mayoría de las especies aviares. La susceptibilidad a la enfermedad es muy variable: las aves más propensas a padecer esta enfermedad, son las gallináceas, principalmente pavos y gallinas, mientras que las aves acuáticas son más resistentes a la infección. Está producida por un virus de la familia Orthomyxoviridae, que puede llegar a permanecer durante mucho tiempo tanto en tejidos, como en las heces y en el agua.
Esta patología puede ser una enfermedad letal, ya que puede provocar elevadas tasas de mortalidad, e incluso puede provocar muertes súbitas. Por tanto, en el caso de detección de un foco de gripe aviaria fulminante, el avicultor afectado incluso se podría ver en la obligación de sacrificar el grupo de aves que conforman el aviario infectado y de esperar un periodo de tiempo aproximado de tres semanas para volver a repoblar nuestro aviario.
Una vez que el virus portador ha sido introducido dentro de un aviario, la transmisión de esta enfermedad vírica se produce por contacto directo mediante las secreciones de aves infectadas, sobre todo de heces, por la contaminación de alimentos y agua en mal estado, y mediante la utilización de instrumentos contaminados en el manejo de las aves, así como por secreciones respiratorias.
Los síntomas producidos por esta enfermedad son muy variables y dependen principalmente de la especie afectada, su edad, los factores ambientales, las características del agente portador y del grado de infección.
Depresión, erizamiento de las plumas, pérdida del apetito, disminución de la producción de huevos, edemas faciales con crestas y barbillas hinchadas, rojizas y casi amoratadas, diarreas, hemorragias en las superficies de las membranas internas, deficiencias respiratorias y desórdenes nerviosos son algunos de los síntomas más visibles que puede provocar una gripe aviaria severa, que incluso puede desencadenar la muerte de los animales infectados.
No hay un tratamiento que pueda restablecer la salud de las aves afectadas por esta infección por lo que la profilaxis sanitaria se fundamenta en mantener un estricto control de las aves que conforman el aviario, así como de las nuevas adquisiciones. El cuidado de los animales debe regirse por unas esmeradas medidas de limpieza y desinfección y existe la posibilidad de utilizar vacunas inactivadas, siempre y cuando cuenten con la supervisión de un veterinario profesional, para combatir la propagación de la enfermedad.
Artículo publicado en la revista AVIOCIO (número 5)