Para comprobar la salud de tus gallinas a veces es necesario examinarlas, lo que implica tener éxito previamente al atraparlas e inmovilizarlas. Aquí van nuestros consejos para manipular a tus aves sin causarles demasiado estrés ni lesionarlas.
Cómo sujetar a una gallina para examinarla
Criadas en buenas condiciones y familiarizadas con los humanos desde una edad temprana, la mayoría de las gallinas son pacíficas y sociables, e incluso se dejan coger y manipular sin hacer demasiados aspavientos. Así es fácil asegurarse de que no tienen ningún problema de salud particular o de que no son portadoras de parásitos. Otras, en cambio, son más recelosas de los humanos y tímidas, hasta el punto de evitar todo contacto o incluso huir en cuanto intentas cogerlas.
No tiene sentido perseguirlas en este caso, pues las asustarás y sabemos que el pánico es perjudicial para la capacidad de puesta y la salud de las gallinas.
Las gallinas tienen un esqueleto frágil, por lo que no es aconsejable intentar agarrarlas por la cabeza, por una pata que puede dislocarse ni por un ala que puede fracturarse mientras luchan por salir de tu control.
Hay que limitar el estrés al mínimo y hacer una aproximación suave, teniendo en cuenta que la mejor manera de manipular a las aves de corral es sujetarlas con las alas contra tu cuerpo, para que no puedan forcejear, caer al suelo desde la altura de tus brazos y lesionarse.
Cómo ganarse la confianza de una gallina
Puedes intentar atraer a la gallina llamándola suavemente y ofreciéndole una golosina en tu mano o a tus pies, siempre la misma para que piense en la llamada como algo agradable. A continuación, puedes intentar agarrar a la gallina agachándote lentamente y colocando un paño fino sobre su cabeza para calmarla mientras dure la manipulación.
En cambio, si tu gallina es temerosa o agresiva por naturaleza, no intentes atraparla al aire libre y trata de guiarla a un área cerrada, en un rincón del gallinero por ejemplo o en una esquina de la valla, donde será más fácil tomarla. Para dirigirla suavemente a su lugar de captura, puedes llevar dos palos grandes que deben estar siempre en su campo de visión.
Para avanzar, muévete lentamente con los dos brazos extendidos. Para que vaya hacia la derecha, estira el brazo izquierdo. Y para que vaya hacia la izquierda, estira el brazo derecho mientras te mueves hacia ella.
A veces no queda más remedio que usar un caza para atraparlas. En este caso, haz un movimiento lo más rápido posible, pero sin golpear con el aro al animal. Una vez dentro de la red, apoya una mano en su lomo, haciendo una ligera presión que impida el movimiento de las alas. Pon la otra mano bajo su vientre y sujeta a la gallina con cuidado.
De este modo, agarrar a tu gallina no será estresante ni para ella ni para ti.