Al igual que sucede con los seres humanos y con cualquier otro animal, las necesidades nutricionales de las gallinas cambian con la edad. Los pollitos no deben ser alimentados con el mismo pienso que las ponedoras, ¿sabes por qué?
¿Cómo alimentar a los pollitos recién nacidos?
Cuando los pollitos rompen el cascarón, aconsejamos no alimentarlos durante las primeras 48 horas de vida, ya que van a absorber el saco vitelino y de él obtendrán los nutrientes que necesitan. En cambio, desde los dos días de edad hasta las diez semanas, puedes proporcionarles un pienso de arranque. Elige un pienso equilibrado, rico en proteínas, minerales y vitaminas que aporte la energía suficiente para que crezcan sanos y fuertes. Además, la forma de migaja facilitará a los pollitos su ingesta. Es recomendable darles un pienso enriquecido con coccidiostato, pues las crías tienen un sistema digestivo aún poco desarrollado y son más propensas a padecer coccidios. De este modo, reforzaremos su salud intestinal.
El pienso para ponedoras no es adecuado para las crías porque suele contener una cantidad excesiva de calcio que puede forzar un crecimiento demasiado rápido (y por ello perjudicial) de los huesos de los ejemplares jóvenes.
Durante los primeros días, su comida debe ser fácilmente localizable y accesible, incluso puedes espacirla en el suelo para que aprendan a picotear. Más adelante, sírvela en un comedero adecuado al tamaño de los animales. Debemos prestar especial atención al bebedero, ya que si es demasiado grande puedes lamentar un accidente si algún pollito se cae dentro. Existen comederos y bebederos para pollitos que impiden que estos se suban y llenen de excrementos el agua y el alimento. Los aros del comedero evitan el despilfarro de pienso y el plato del bebedero evita que los pollitos se mojen y se resfríen.
Ventajas de la pimienta negra para pollitos
Por último, te revelamos un tip para mantener a tus pollitos en calor y con buena salud: dar una bolita de pimenta negra. Esta contiene muchas propiedades que van a venirle muy bien al sistema inmunológico. Una bolita introducida en el buche ayuda a las crías a tener más resistencia frente a los parásitos y frente a distintas enfermedades. También consigue mantener el calor corporal, ya que va a aumentar la irrigación de sangre. Además, va a eliminar las toxinas y las defensas se van a ver fortalecidas.